Este estudio, publicado en el American Journal of Physiology – Renal Physiology, explora cómo la ingesta de sodio y potasio impacta la presión arterial a través de mecanismos mediados por el riñón, el sistema nervioso y hormonal.
Un nuevo estudio ha profundizado en la compleja interacción entre el sodio (Na⁺) y el potasio (K⁺) dietéticos en la regulación de la presión arterial, destacando las diferencias fisiológicas entre hombres y mujeres. Utilizando modelos computacionales específicos por sexo, los autores simularon la homeostasis corporal de electrolitos y fluidos, integrando múltiples sistemas —renal, cardiovascular, gastrointestinal, nervioso simpático y el eje renina-angiotensina-aldosterona— para analizar cómo varía la respuesta tensional ante distintos niveles de ingesta de Na⁺ y K⁺.
Los resultados respaldan la evidencia previa de que una alta ingesta de sodio eleva la presión arterial, mientras que una dieta rica en potasio la reduce de forma significativa. Esta modulación no es homogénea entre sexos: el estudio sugiere que la menor respuesta hipertensiva en mujeres podría explicarse por un patrón diferencial en la abundancia de transportadores renales, lo que influye directamente en la reabsorción de sodio y potasio a lo largo del riñón. Además, se observó que las señales gastrointestinales anticipatorias tras una ingesta elevada de K⁺ inducen una rápida kaliuresis, seguida de natriuresis, lo que conlleva una reducción sostenida en la presión arterial incluso en presencia de una dieta rica en sodio.
El trabajo también contextualiza estos hallazgos en la creciente prevalencia global de hipertensión, particularmente en sociedades industrializadas, donde los hábitos alimentarios tienden a privilegiar alimentos procesados ricos en sodio y pobres en potasio. Asimismo, destaca que los hombres presentan mayor riesgo de hipertensión que las mujeres premenopáusicas, una diferencia reportada tanto en humanos como en modelos animales, y que podría estar relacionada con mecanismos tisulares como la actividad del sistema RAAS, la biodisponibilidad de óxido nítrico y la activación simpática renal.
En conjunto, estos hallazgos refuerzan la necesidad de considerar tanto la proporción sodio/potasio en la dieta como las diferencias fisiológicas entre sexos al diseñar estrategias preventivas y terapéuticas para la hipertensión arterial.
Fuente:
Stadt M, Layton A. Modulation of blood pressure by dietary potassium and sodium: sex differences and modeling analysis. Am J Physiol Renal Physiol 328: F406–F417, 2025.