Publicado en Journal of the American Society of Nephrology, esta guía de la ASN ofrece nuevas recomendaciones sobre el manejo nutricional en la enfermedad renal crónica.
La dieta es un pilar en la prevención y el tratamiento de la enfermedad renal crónica (ERC). A medida que la función renal se deteriora, la pérdida de la homeostasis favorece alteraciones minerales y electrolíticas, entre ellas la hiperpotasemia y la hiperfosfatemia, que se asocian con peores desenlaces clínicos. Tradicionalmente, las recomendaciones dietéticas se centraban en restringir alimentos naturalmente ricos en potasio o fósforo, lo que generaba patrones alimentarios restrictivos y alejados de una dieta saludable. Sin embargo, la evidencia reciente ha desplazado el enfoque hacia el reconocimiento de los aditivos alimentarios como fuentes altamente biodisponibles de estos minerales.
Los aditivos de potasio y fósforo se utilizan ampliamente en la industria alimentaria para mejorar el sabor, la textura y la vida útil de los productos procesados. Estas sales son absorbidas casi por completo, lo que las convierte en un factor de riesgo relevante en pacientes con ERC. En el caso del potasio, la sustitución de cloruro de sodio por cloruro de potasio en alimentos procesados, aunque puede ofrecer beneficios cardiovasculares en individuos con función renal normal, representa un riesgo potencial de hiperpotasemia en quienes presentan deterioro moderado o severo de la función renal. En paralelo, los aditivos con fósforo se asocian con un aumento del fósforo sérico y mayor progresión de alteraciones óseas y minerales, con implicaciones incluso para la población general.
La Guía de la American Society of Nephrology (ASN) propone estrategias basadas en evidencia y opinión experta para reducir la exposición a estos aditivos. Las recomendaciones se agrupan en niveles básico, avanzado e intensivo, dependiendo de la complejidad del caso y la participación del equipo de salud. Las medidas van desde promover patrones alimentarios saludables y limitar el consumo de ultraprocesados, hasta la lectura detallada de etiquetas y sustitución de productos con aditivos. Este nuevo enfoque busca equilibrar la reducción de riesgos con una mejor adherencia y menor carga dietética, reforzando el papel de la educación alimentaria y la alfabetización en salud como ejes del tratamiento nutricional en la enfermedad renal crónica.
Fuente:
Biruete A, et al. ASN Kidney Health Guidance on Potassium and Phosphorus Food Additives. Journal of the American Society of Nephrology 36(11):p 2244-2258, November 2025.