Publicado recientemente en Annals of Internal Medicine, esta nueva guía, encabezada por la Dra. Magdalena Madero del Instituto Nacional de Cardiología, incorpora las más recientes recomendaciones para el manejo de la ERC por parte de la organización Kidney Disease: Improving Global Outcomes (KDIGO).
La Guía KDIGO 2024 para la Evaluación y el Manejo de la Enfermedad Renal Crónica (ERC) representa un avance significativo respecto a su versión previa publicada en 2012. Esta actualización incorpora múltiples innovaciones en el diagnóstico, la estratificación del riesgo y el tratamiento de la ERC, enfocándose en personas que no reciben terapia de reemplazo renal.
Uno de los principales mensajes para la práctica clínica, es la implementación amplia de albuminuria y cistatina C como herramientas clave para el diagnóstico temprano y la estratificación del riesgo. La cistatina C, en particular, se promueve como un marcador complementario que permite estimar de forma más precisa el filtrado glomerular, especialmente en situaciones clínicas donde la creatinina puede ser poco confiable.
En cuanto al tratamiento, la guía posiciona a los inhibidores del cotransportador sodio-glucosa tipo 2 (iSGLT2) como terapia de primera línea en pacientes con ERC, incluso en ausencia de diabetes. También reconoce el beneficio renal y cardiovascular de los agonistas del receptor de GLP-1 y de los antagonistas no esteroideos del receptor de mineralocorticoides (ns-MRA), aunque se hace una recomendación explícita de emplear estos últimos solo como último recurso en el contexto de hipercalemia. Es decir, antes de iniciar un ns-MRA, deben intentarse modificaciones dietéticas, resinas fijadoras de potasio y diuréticos de asa.
Otro cambio relevante es la recomendación de suspender los inhibidores de la ECA (IECA) o los antagonistas del receptor de angiotensina II (ARA-II) en pacientes con hiperkalemia persistente, priorizando el manejo del potasio antes de reiniciar o escalar la terapia.
La guía también promueve un enfoque de manejo individualizado del riesgo de progresión a enfermedad renal terminal, en lugar de algoritmos uniformes. Esto permite adaptar las intervenciones al perfil específico del paciente, considerando variables como edad, comorbilidades, y condiciones socioeconómicas. La inclusión de expertos de países con distintos niveles de recursos y la atención a la equidad en salud son parte integral del enfoque adoptado.
Finalmente, se reitera la indicación de estatinas en todos los adultos mayores de 50 años con ERC, como parte de la estrategia de reducción del riesgo cardiovascular.
Esta guía ofrece un marco actualizado, integral y flexible para mejorar la atención de las personas con ERC en todo el mundo.
Fuente:
Evaluation and Management of Chronic Kidney Disease: Synopsis of the Kidney Disease: Improving Global Outcomes 2024 Clinical Practice Guideline. Ann Intern Med.2025;178:705-713. [Epub 11 March 2025].